Se casan los panas
Mis dos mejores amigos se van a casar. Samuel batalló contra todo pronóstico y burlas de los muchachos, y logró conquistar a una despampanante mujer newyorquina, la cual lo adora. Han tenido una relación muy bella de 4 años, y los que los conocemos los hemos visto crecer. Ambos han podido sobrellevar la distancia, ya que el vive aquí en Dominicana y ella en NYC. Ambos se van a dar el "Acepto" pronto aquí en la isla.
Gabo por igual. Luego de "sacarse la lotería" al conquistar a su mejor amiga, esperó 2 años para doblar la rodilla. Creo que Estephany está aliviada luego de tantas indirectas que le mostraba con respecto a su deseo de poder casarse con el. Y gloria a Dios, lo hizo. Y lo hizo bien. Aún no tienen fecha, ya que la propuesta fue justamente hace unos minutos.
No puedo estar nada menos que hilarante y rebosante de alegría por mis amigos. Han dado un paso, que intimidaría al hombre más rudo del mundo. Han dado un paso que requiere de fe, de pasión, de entrega, de compromiso (valga la redundancia). Muchos de nosotros no nos atreveríamos a hacer muchas cosas que estos chicos hicieron para poder demostrarles a sus mujeres que ellas son especiales para ellos, y por eso los aplaudo.
Y aquí empiezo a pensar. Ya comenzaron las preguntas de los demás: "¿Y tu para cuando?" "¿Ya hay una por ahí?" "Tu sabes que tu mamá quiere salir de ti.". La lista es larga. Y pudiera ser que me agobiara la presión. Pero de hecho no la hay. Confieso que en otro momento, hubiera sentido envidia. Mucha. Mucho pesar, mucha tristeza, mucha depresión. Hubiera estado abatido por estar deseando lo que no tengo, por estar en la situación en la que estoy. Hubiera apuntado a Dios con mi dedo, preguntando los por qués de rigor. Pero, ¿realmente estaba prestando atención a los tiempos de Dios?
Pero hoy puedo regocijarme con mis hermanos y decir: todo tiene su tiempo bajo el sol. No hay prisa a la hora de tomar decisiones. Ahora, debemos aprovechar el tiempo que Dios nos da para poder poner en movimiento la voluntad individual de Dios sobre nosotros. No hay prisa a la hora de enamorarse y buscar y encontrar aquella persona con la que compartirás el resto de tu vida. No hay un guión, ni expectativas, ni templates. No hay prisa para comprar un anillo. Simplemente, la belleza del tiempo perfecto de Dios.
Mejor voy a probarme el traje a ver si tengo que comprar uno nuevo. #weddingseason
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